Por una Iglesia Sinodal: Sínodo de Comunión, Participación y Misión 2021-2023
NUESTRA MISION
Siguiendo el ejemplo de Jesús, La Alianza Nacional Católica sobre la Discapacidad trabaja con diócesis, parroquias, ministros y laicado para promover la participación plena y significativa de personas con discapacidad en la vida de la Iglesia.
El Papa Francisco está llamando a la Iglesia a redescubrir su naturaleza profundamente sinodal. Este redescubrimiento de las raíces sinodales de la Iglesia implicará un proceso de humilde aprendizaje conjunto de cómo Dios nos llama a ser como Iglesia en el tercer milenio
El Sínodo de los Obispos alienta la participación de las personas con discapacidad para contribuir a la Iglesia a través del Sínodo. NCPD y todas las organizaciones católicas están invitadas a participar en la consulta del Sínodo 2021-2023 para traer las necesidades, deseos y preocupaciones de las personas con discapacidad y sus familias.
Los líderes diocesanos y ministeriales están invitados a participar en el proceso del Sínodo proporcionando accesibilidad, adaptaciones y adaptaciones para una participación igualitaria.
SÍNODO
El pueblo de Dios camina unido. Por tanto, el objetivo del presente Sínodo es escuchar, a todo el Pueblo de Dios, lo que el Espíritu Santo está diciendo a la Iglesia.
El propósito del Sínodo no es producir más documentos; está destinado a inspirar a las personas a soñar con la Iglesia que estamos llamados a ser, a hacer florecer las esperanzas de las personas, a estimular la confianza, a curar heridas, a tejer relaciones nuevas y más profundas, a aprender unos de otros, a construir puentes, a ilumina las mentes, calienta los corazones y da fuerza a nuestras manos para la misión compartida (PD, 32).
SINODALIDAD
La sinodalidad permite a todo el Pueblo de Dios caminar juntos, en escucha del Espíritu Santo y de la Palabra de Dios, para participar de la misión de la Iglesia en la comunión que Cristo establece entre nosotros.
La escucha de todo el Pueblo de Dios ayudará a la Iglesia a tomar decisiones pastorales lo más acordes posible.
Este redescubrimiento de las raíces sinodales de la Iglesia implicará un proceso de humilde aprendizaje conjunto de cómo Dios nos llama a ser como la Iglesia del tercer milenio a la voluntad de Dios.
PARTICIPANTES
El Papa Francisco invita a todos los bautizados a participar en el Proceso Sinodal que comienza a nivel diocesano.
- El obispo diocesano, los obispos auxiliares y los referentes diocesanos o el equipo.
- Personas cuyas voces a menudo no se escuchan lo suficiente, como los pobres, los ancianos, los grupos minoritarios, las personas aisladas, las personas con discapacidad, los migrantes, los refugiados, las comunidades indígenas, etc.
- Líderes laicos (hombres, mujeres, jóvenes de varios ministerios y organismos diocesanos).
- Otros laicos (hombres, mujeres y jóvenes invitados por parroquias y otras organizaciones eclesiales).
- Miembros del clero (sacerdotes diocesanos, sacerdotes religiosos, diáconos, etc.).
- Miembros de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (para reflejar la diversidad de carismas) y líderes de obras apostólicas y caritativas.
- Delegados ecuménicos e interreligiosos interesados y otros que, aunque no sean católicos, puedan ofrecer su contribución con perspectivas útiles para la Iglesia.
- Personas con habilidades especializadas necesarias para el encuentro, incluidos moderadores y expertos en eclesiología en el campo pastoral o teológico.
CÓMO LOS LÍDERES MINISTERIALES INCLUYEN A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDADES, LAS PERSONAS CON ENFERMEDADES MENTALES Y LA COMUNIDAD SORDA EN EL PROCESO DEL SÍNODO
Participar con la diócesis en las sesiones es apropiado para cada comunidad, asegurando que se brinden recursos, adaptaciones y accesibilidad para una participación significativa.
Algunas diócesis tendrán reuniones con parroquias, escuelas católicas, ministerios culturales, audiencias específicas y tantos participantes como sea posible.
Si las circunstancias (como las restricciones por la pandemia o la distancia física) dificultan la interacción cara a cara, es posible utilizar grupos de discusión en línea moderados, actividades en línea autoguiadas, grupos de chat, llamadas telefónicas y diversas formas de comunicación social. así como cuestionarios en papel y en línea.
RECURSOS ACCESIBLES
- Cuarto accesible
- Folletos en letra grande
- Interpretación de ASL (si se solicita)
- Materiales para comunicar a través del Arte
- Visuales
- artículos sensoriales
- Otras adaptaciones (según sea necesario/solicitado)
EL DESARROLLO DEL PROCESO SINODAL A NIVEL LOCAL TAMBIÉN DEBE IMPLICAR:
- Discernimiento a través de la escucha, para dar espacio a la guía del Espíritu Santo.
- Accesibilidad, para garantizar que el mayor número posible de personas pueda participar, independientemente de su ubicación, idioma, educación, situación socioeconómica, capacidad/discapacidad y recursos materiales.
- Conciencia cultural para celebrar y abrazar la diversidad dentro de las comunidades locales.
- Inclusión, hacer todo lo posible para que participen quienes se sienten excluidos o marginados.
- Asociación basada en el modelo de una Iglesia corresponsable.
- Respeto por los derechos, la dignidad y la opinión de cada participante.
- Síntesis precisas que reflejen realmente la gama de perspectivas críticas o apreciativas de todas las respuestas, incluidas las opiniones expresadas sólo por una minoría de participantes.
- Transparencia, garantizar que los procesos de invitación, participación, inclusión y agregación de aportaciones sean claros y estén bien comunicados.
- Imparcialidad, asegurar que, para que puedan participar en el proceso de escucha se trate a cada persona por igual, de modo que cada voz pueda ser debidamente escuchada.
ACTITUDES PARA PARTICIPAR EN EL PROCESO SINODAL
-
Ser sinodal requiere dedicar tiempo para compartir: Estamos invitados a hablar con auténtica valentía y honestidad (parrhesia) para integrar la libertad, la verdad y la caridad. Todos pueden crecer en comprensión, a través del diálogo.
- La humildad en la escucha debe corresponder a la valentía en el hablar: Todos tienen derecho a ser escuchados, así como todos tienen derecho a hablar. El diálogo sinodal depende de la valentía tanto al hablar como al escuchar.
- El diálogo nos lleva a la novedad: Debemos estar dispuestos a cambiar nuestras opiniones a partir de lo que hemos escuchado de los demás.
- Apertura a la conversión y al cambio: A menudo nos resistimos a cuanto el Espíritu Santo nos está inspirando para emprender.
- Los sínodos son un ejercicio eclesial de discernimiento: El discernimiento se basa en la convicción de que Dios actúa en el mundo y que estamos llamados a escuchar lo que el Espíritu nos sugiere.
- Somos signos de una Iglesia que escucha y que está en camino: Al escuchar, la Iglesia sigue el ejemplo de Dios que escucha el grito de su pueblo. El Proceso Sinodal nos ofrece la oportunidad de abrirnos a la escucha auténtica, sin recurrir a respuestas prefabricadas ni a juicios preestablecidos.
- Deja atrás los prejuicios y los estereotipos: Podemos estar agobiados por nuestras debilidades y nuestra tendencia al pecado. El primer paso para escuchar es liberar nuestra mente y nuestro corazón de los prejuicios y estereotipos que nos llevan por el camino equivocado, hacia la ignorancia y la división.
- Combatir el virus de la autosuficiencia: Todos estamos en el mismo barco. Juntos formamos el Cuerpo de Cristo. Dejando a un lado el espejismo de la autosuficiencia, podemos aprender unos de otros, caminar juntos y estar al servicio de los demás. Podemos construir puentes más allá de los muros que a veces amenazan con separarnos: edad, género, riqueza, habilidades diferentes, distintos niveles de educación, etc.
- Superar las ideologías: Hay que evitar el riesgo de dar más importancia a las ideas que a la realidad de la vida de fe que viven las personas de forma concreta.
- Hacer nacer la esperanza: Hacer lo que es justo y verdadero no está destinado a llamar la atención o a aparecer en los titulares, sino que tiene como objetivo ser fiel a Dios y servir a su Pueblo. Estamos llamados a ser faros de esperanza, no profetas de desventuras.
- Los sínodos son un momento para soñar y “pasar tiempo con el futuro”: Estamos invitados a crear un proceso local que inspire a la gente, sin excluir a nadie, para crear una visión plena del futuro en la alegría del Evangelio.
PREGUNTAS PARA EL SINODO
1. ¿Cómo se da en nuestra Iglesia el “caminar juntos” con respecto a las personas con discapacidad?
2.¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu Santo para crecer en nuestro“caminar juntos” en torno a las personas con discapacidad?